viernes, 5 de junio de 2009

Hipotecas multidivisa

Las hipotecas multidivisa son una de las formas hipotecarias más innovadoras en el mercado español, que consisten en concretar la operación en una moneda diferente al euro. Su mayor atractivo radica en que en muchas ocasiones se abonan cuotas mensuales de menor valor con respecto a aquellas hipotecas referenciadas por el euro.
Sin embargo, no todo es perfecto en una hipoteca multidivisa. Incluye algunos riesgos de importancia, por eso generalmente son tomadas por las personas con mayores conocimientos del mercado financiero, no así por aquellos individuos con escasa información sobre el sector.
¿A qué se debe esto?. Por un lado, el empleo de monedas como el dólar americano, el dólar australiano, el neozelandés, el yen japonés o el franco suizo (son las más utilizadas) puede permitir beneficiarse con los bajos tipos de interés que se utilizan en otros países.
Como contrapartida, es vital conocer la evolución histórica de la moneda elegida frente al euro y su estabilidad, ya que justamente en estas dos condiciones radica el mayor riesgo que supone la contratación de una hipoteca multidivisa. Recordemos que existen monedas de gran inestabilidad, lo que podría acarrear cambios negativos de importancia en el pago de las cuotas de la hipoteca.
Asimismo, teniendo en cuenta la inestabilidad del mercado internacional y de muchas divisas extranjeras, los principales analistas recomiendan contratar un porcentaje de la hipoteca en una divisa ajena y otra porción referenciada al euro, aminorando así el riesgo que significa tener el 100% de la hipoteca atada a una moneda con peligrosas fluctuaciones en su valor.
En este caso, si la moneda extranjera registrara una evolución negativa para nuestros intereses, podremos disminuir el perjuicio gracias a la otra fracción de la hipoteca contratada en euros. En todo esto, resulta vital informarse acerca de la evolución de la divisa extranjera y su comparación con la moneda única europea.
Igualmente, hay que tener en cuenta que aún la oferta de este tipo de hipotecas es muy limitada, ya que se encuentra dirigida a un tipo de cliente muy concreto, habitualmente profesionales conocedores del mercado y capaces de tomar los riesgos que supone esta nueva modalidad hipotecaria.
Por otro lado, las hipotecas multidivisa mantienen además algunas restricciones que no suelen ser normales en las variedades más clásicas. Por ejemplo, financian un máximo del 70% del valor de tasación del inmueble, solicitando un plazo máximo de pago que generalmente ronda entre los 20 y los 30 años. También existen gastos adicionales, relacionados con la apertura de la hipoteca y el cambio de moneda operado.

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